martes, 14 de julio de 2009

Tenemos algo que aprender de Bután:La Felicidad Bruta interna


Una experiencia diferente en Bután
Los tiempos actuales de crisis económica generan una infelicidad a nivel mundial, tanto en aquellos que deben adoptar cambios llevando una vida más austera topándose con sus limitaciones, como en aquellos que no les alcanza para comer o aquellos que de repente perdieron sus trabajos y buscan empleo en forma desesperada.
Sin embargo un pequeño y montañoso país del Himalaya llamado Bután esta trabajando en post de tener un pueblo más feliz.

“La codicia, la insaciable codicia humana” dijo Jigme Thinley primer ministro de Bután, refiriéndose a la causa que es motivo de la catástrofe económica actual del mundo. “Lo que necesitamos es un cambio” creyendo en la necesidad de de visualizar alternativas que
escapen a modelos repetitivos, frustrados y anticuados.
Luego agrego:
“Tenemos que pensar la felicidad bruta interna”

La felicidad bruta interna surgió como una alternativa al producto bruto interno, propuesta por el ex rey Jigme Singye Wangchuck en la década del 70.

En la actualidad los butaneses adoptaron la felicidad bruta interna como la filosofía que guía al país y la consideran una nueva ciencia política.
El secretario de información y comunicaciones Kinley Dorji dijo:
“Esta nueva política de gobierno se adopto justo cuando el puede necesitarla, ahora se ve en que termina la dedicación exclusiva al desarrollo económico”. Haciendo hincapié en la crisis mundial del planeta. “Las sociedades industrializadas ahora decidieron que el producto bruto interno es una promesa que no se cumplió”.

Según la nueva Constitución que se adopto en 2008 dice que las distintas áreas del gobierno ya sea agricultura, transporte o comercio exterior no se deben evaluar según las ganancias económicas que puedan ofrecer sino por la felicidad que proporcionen a los ciudadanos.

El primer ministro afirmó que la felicidad es un concepto que cada uno debe definir por si mismo, pero que cada área de gobierno debe contribuir a “la búsqueda de la felicidad bruta interna”.
La nueva experiencia en Bután se inicio con la renuncia del rey como monarca absoluto y hace un año celebraron las primeras elecciones democráticas del país.
Este cambio sustancial apunta a la felicidad bruta interna, “la democracia y la FBI van bien juntas. Ambas ponen la responsabilidad en el individuo. La felicidad es una búsqueda individual y la democracia es darle poder al individuo.”
Los butaneses afirman que para que el mundo se tome en serio la felicidad bruta interna se deben elaborar un conjunto de pautas y definiciones que las figuras de la economía mundial puedan cuantificar y medir.

Cuando Bután manifestó: “Nosotros tenemos la Felicidad Bruta Interna, el mundo desarrollado, el banco mundial y el FMI preguntaron como la mediamos”, expreso Dorji.
Los butaneses entonces crearon un modelo de bienestar con cuatro pilares fundamentales, nueve áreas y 72 indicadores de la felicidad.
Pilares de una sociedad feliz:

· Economía
· Cultura
· Medio ambiente
· Buen gobierno

Áreas en las que se desarrolla una sociedad feliz:

· Bienestar psicológico
· Ecología
· Salud
· Educación
· Cultura
· Nivel de vida
· Uso del tiempo
· Vitalidad de la comunidad
· Buen gobierno

Cada una de las áreas tiene su propio índice de felicidad bruta interna.

Por ejemplo en el área del bienestar psicológico los indicadores serian la meditación, la frecuencia de la oración, los sentimientos de egoísmo, celos, calma, compasión, generosidad, frustración y pensamientos suicidas.
“Hasta dividimos el tiempo de cada día y tenemos en cuenta cuanto tiempo pasa una persona con su familia, en el trabajo, etc.”
Dorji también afirmo que se han creado formulas matemáticas para reducir la felicidad a sus más mínimos elementos.
“Lo más importante hoy en Bután puede resumirse en una sola palabra: supervivencia afirmó Dorji.
“La felicidad bruta interna es la supervivencia; puede contrarrestar lo que amenaza la supervivencia.”
The new York times. Una selección ofrecida por clarín el 16 de mayo de 2009.




Diego Enrique Alcázar










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